lunes, 10 de mayo de 2010

Con tus recuerdos


Se puede enfermar de recuerdos. Se puede soñar con un futuro que no es más que pasado.
Puedes pensar tanto en ello que más que una anticipación, acaba pareciendo un recuerdo.
Puedes revivir el momento mil veces y buscar mil escenarios distintos. Pero la verdad es que el sueño de cambiar el momento termina cuando comienza el recuerdo del pasado, tan real que sigue asustando.
El pasado, tan real que sigue doliendo un poco. La palabra que sigue clavándose un poco. La sonrisa que sigues recuperando de los recuerdos cuando te sientes sola. El ultimo beso, que no recuerdas, y por eso vuelves a inventarlo. hoy que no estas voy a inventarme el final; tu regresabas y no nos separábamos mas.
No supe que esa última palabra sería la última. Si lo hubiera sabido la hubiera memorizado. Si hubiera sabido que esa mirada sería la última mirada, habría apuntado el color de sus ojos. Si hubiera sabido que ese sería el último beso, hubiera recogido de sus labios su último momento sincero.
Si hubiera sabido que esa sería la ultima vez que me despertaba con él, le habría abrazado en vez de quitarle sus brazos de mis costillas. Y le hubiera susurrado muy despacio al oído "por favor, que mi recuerdo hoy te valga mas que tu presente".
O no.

Pero cuando me siento sola, cuando esa parte de mi que esta vacía crece un poco más de lo normal, pienso en él. Pienso y revivo. Y al revivir doto de detalles inventados a la realidad. Llegará el momento que tendré de ti más recuerdos inventados que recuerdos reales.
Y en ese momento dejaré de pensar en nuestros electrones, dejaré de pensar en nuestro entrelazamiento cuántico particular, porque al final, como siempre decías: "todo es relativo".

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