jueves, 24 de diciembre de 2009

El fantasma de las navidades pasadas...

Si dicen que un clavo saca otro clavo, estoy pensando en montarme una ferreteria. Increiblemente casual, magnanimamente oportuno y deliciosamente apetitoso se me apareció una oportunidad de ver a un viejo amigo. (Lo de viejo no hace alusión a su edad; al lado de la ferreteria montaré una guarderia). Un poco por recuperar el buen rollo que teniamos y otro poco porque un clavo ya se sabe lo que hace (y un polvo de recuerdo de buenos momentos tambien), quedamos. Noche musical como debía ser. Había pasado un año y medio de aquellas noches de fogalera, de las que estan definitivamente en mi top cinco de buenos increibles momentos divertidos. Media noche hablando, sin necesidad de ponernos al día.
Pero qué pasó? El sexo de pronto estuvo bien, normal. Estuvo bien, pero a comparación de lo que habíamos sido, pues no cumplió las expectativas. Maldita manía de comparar. Pero luego de que él se fue recordé ese año y medio atrás, esa fogalera. En año y medio, en algun lugar entre demandas, corazones rotos, viajes en avion y universidades, los dos habiamos perdido la persona que eramos antes.

Se me viene a la mente eso de: "todo tiempo pasado fue mejor, un hermoso idilio una historia de amor, pero el tiempo ya paso para los dos".

Cuando nos liamos la primera vez, terminé completamente pillada, de hecho fue mi primer gran amor quijotesco en muchos años. Esta vez no ha sido así. Entonces más bien, al igual que la parte sentimental, el sexo no tuvo la intensidad de la otra vez.

Bueno, no sé si todo tiempo pasado fue realmente mejor, pero el sexo definitivamente si. El 24 de diciembre, de madrugada, cuando hacia viento y lluvia, vino a visitarme el fantasma de las navidades pasadas.


Pero por mis santos cojones, esto no va a quedar así.

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